Fiesta GriS

Hoy me desperté temprano, con el viento soplando en mi ventana y un millón de gotas contaminadas cayendo desde el negro cielo de la capital. Aunque me encuentren rara, no saben cómo puedo llegar a amar estos días, claro que es porque esta shuvia llega en un muy buen momento anímico, de felicidad y tranquilidad, porque no tengo que salir ni a la esquina y además tengo calientacama.
Me siento como en el sure, cuando jugábamos cartas, con la chimenea prendida, cafecito a la mesa, las infaltables sopaipillas con pebre y sólo sintiendo el ruido de los arboles chocando entre sí, con sus truenos ad-hoc y sus relámpagos potentes que cada ciertos minutos iluminaban toda mi casa...
Esto de saber aprovechar cada época del año es un verdadero don, no todos pueden, pero yo si... por lo menos este año me daré el lujo de disfrutar cada estación, porque que más lindo que las nubes con rabia expulsando lágrimas y esos vientos que salieron a parrandear a las 2 de la mañana, que invitan a bailar un suave reggeton a los más altos arboles, pero sin dejar de incluir a los pequeños... realmente es una fiesta a todo cuete la que nos entrega el invierno...
Y para que decir, nada mejor que tejer una bella bufanda para mi tigretón, con Martín en mis pies y mirando por la ventana este espectáculo que gratuitamente nos da la naturaleza.

Con todo lo anterior me doy cuenta que soy una vieja eterna, con madejas de lana, con gato angora del Tabo y con un "sharlon" escoces azulino en mis piernas...